La oferta de licencia FSD de Tesla sigue sin ser reclamada por sus rivales

6

Durante casi cinco años, Elon Musk ha ofrecido repetidamente licenciar la tecnología de conducción autónoma total (FSD) de Tesla a otros fabricantes de automóviles. A pesar de estas propuestas, ninguna empresa automovilística importante ha adoptado todavía el sistema. La estrategia de Musk incluye llamados públicos a la colaboración, sugiriendo incluso que los fabricantes rivales están evitando activamente lo que él considera una solución superior de conducción autónoma.

La oferta sin respuesta

Musk planteó públicamente por primera vez la idea de otorgar una licencia a FSD en 2019 y la ha revisado varias veces desde entonces. En 2023, afirmó que Tesla estaba en negociaciones con un “importante fabricante de automóviles” (las especulaciones apuntaban hacia Ford), pero no se materializó ningún acuerdo. Esta semana, Musk reiteró la oferta en X (antes Twitter), lamentando que los fabricantes de automóviles tradicionales “no la quieren”. Acompañó esta declaración con una imagen provocativa de marcas competidoras en un simulacro de “cementerio de autonomía” y descartó su interés como “inútil”.

Por qué los fabricantes de automóviles dudan

La falta de respuesta de la industria probablemente tenga sus raíces en el proceso de desarrollo poco convencional de Tesla. A diferencia de los fabricantes de automóviles tradicionales que priorizan las pruebas internas y los despliegues controlados, Tesla ha implementado versiones beta de FSD para su base de clientes, utilizando efectivamente las vías públicas como campo de pruebas. Este enfoque ha generado preocupaciones de seguridad y escrutinio regulatorio, lo que lo convierte en una opción menos atractiva para las empresas que temen los riesgos de responsabilidad o reputación de marca.

El contexto más amplio

La situación pone de relieve la reticencia más amplia de la industria a adoptar plenamente el enfoque agresivo, a veces controvertido, de Tesla hacia la conducción autónoma. Los fabricantes de automóviles también pueden dudar en confiar en la tecnología patentada de un competidor y prefieren desarrollar sus propios sistemas internamente. Este enfrentamiento refuerza la posición de Tesla como un caso atípico en el espacio automotriz, mientras que los fabricantes tradicionales continúan buscando enfoques más incrementales y validados para la tecnología de conducción autónoma.

El continuo rechazo de la oferta de licencia de Tesla sugiere una división ideológica y estratégica más profunda dentro de la industria, en la que los fabricantes de automóviles establecidos optan por la cautela en lugar de un avance rápido y no probado.