Vigilancia de vehículos: cámaras de acceso público rastrean cada uno de sus movimientos

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Los lectores automáticos de matrículas (ALPR) y otras cámaras de seguridad públicas registran cada vez más información detallada sobre vehículos y conductores, y gran parte de estos datos son accesibles en línea sin medidas de seguridad. Un nuevo informe de Benn Jordan, en colaboración con 404 Media, revela que cualquier persona con la dirección web correcta puede ver los sistemas vinculados a proveedores como Flock Safety, lo que permite observar imágenes archivadas y en tiempo real sin autenticación.

El alcance de la vigilancia

Estas cámaras no sólo graban matrículas. Registran tipos de vehículos, identifican detalles como calcomanías en los parachoques y daños, creando una base de datos con capacidad de búsqueda de hábitos de conducción diarios, independientemente de la actividad delictiva. Estos datos se pueden comparar con otras herramientas disponibles públicamente para identificar personas, rastrear sus movimientos e incluso descubrir información personal como direcciones e historial médico.

Preocupaciones legales y operativas

La falta de seguridad en torno a estos datos plantea importantes preocupaciones. En Texas, Flock Safety está bajo investigación por operar sin la licencia de investigador privado requerida, y su licencia de seguridad fue suspendida brevemente debido a problemas de seguro. Los expertos advierten que la vigilancia con licencia inadecuada podría comprometer casos penales y datos recopilados de vehículos.

Preocupaciones sobre registros públicos

Algunas jurisdicciones, como el estado de Washington, han cerrado cámaras similares después de que los tribunales dictaminaran que las fotografías y vídeos recopilados son registros públicos. La cuestión central no es que las fuerzas del orden rastreen a los delincuentes; es el seguimiento generalizado de todos con acceso peligrosamente abierto para posibles malos actores.

“El equilibrio entre privacidad y seguridad ha cambiado dramáticamente. Lo que comenzó como una promesa de calles más seguras se ha convertido en un registro permanente de comportamiento inocente, accesible a cualquiera”.

La tendencia sugiere un desequilibrio creciente entre los beneficios declarados de la vigilancia y los riesgos reales para las libertades civiles, con una justificación mínima para una recopilación de datos cada vez más amplia.