El futuro del diésel de Toyota: exploración de sistemas de propulsión híbridos en medio del impulso global en materia de emisiones

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El compromiso de Toyota con los motores diésel se mantiene firme a pesar del impulso global hacia regulaciones de emisiones más estrictas y el auge de los vehículos eléctricos. El jefe de sistemas de propulsión de la compañía, Takashi Uehara, ha aclarado que no hay planes de poner fin al desarrollo del diésel en un futuro próximo y que, de hecho, es posible que haya híbridos diésel en el horizonte.

En su intervención en el Japan Mobility Show de Tokio, Uehara subrayó que los motores diésel están lejos de ser obsoletos. “No tenemos una fecha límite: continuamos nuestro desarrollo y no tenemos una fecha límite para finalizar la producción o el desarrollo”, afirmó. Esta postura se produce a pesar del fuerte enfoque de Toyota en la electrificación, particularmente en sus híbridos gasolina-eléctricos, que dominan su línea. Uehara señaló que si bien la compañía está explorando vehículos eléctricos de batería, la demanda de motores de combustión interna (ICE), incluido el diésel, sigue siendo fuerte en mercados clave como Australia, Europa y Medio Oriente.

Los vehículos diésel representan actualmente el 48,4% de las ventas de Toyota Australia en 2025, una ligera caída con respecto a 2024 pero aún significativamente más alta que el año anterior. Esta demanda regional subraya por qué Toyota mantiene sus motores diésel en la mezcla. El vicepresidente de la compañía en Australia sugirió anteriormente que la energía diésel aún podría desempeñar un papel durante aproximadamente una década antes de que la tecnología del hidrógeno tome el relevo, alineándose con el “enfoque de vías múltiples” más amplio de Toyota. Esta estrategia implica ofrecer varias opciones de sistemas de propulsión, incluidos vehículos de gasolina, diésel, híbridos, eléctricos y eléctricos de pila de combustible, en toda su gama.

Toyota está bajo una presión cada vez mayor para descarbonizar, especialmente con regulaciones como el Estándar de Eficiencia de Vehículos Nuevos (NVES) de Australia que penaliza las altas emisiones de CO2. Esto ya ha obligado a algunos competidores a eliminar progresivamente los modelos diésel en determinados mercados. Sin embargo, Toyota se resiste al impulso exclusivamente de vehículos eléctricos, argumentando que una combinación de tecnologías se adapta mejor a las diversas necesidades globales. Uehara enfatizó: “Existe un gran potencial para el ICE, la combinación de combustibles que admite diferentes tipos”. Si bien Toyota no ha confirmado el desarrollo de un híbrido diésel-eléctrico, no lo ha descartado, lo que lo convierte en una posibilidad para el futuro.

La compañía ya se está sumergiendo en la electrificación diésel con modelos como el Prado híbrido medio de 48 V y el HiLux “V-Active” en Australia. Estos vehículos, aunque no están etiquetados como híbridos, representan un paso hacia la combinación de tecnología diésel con eléctrica. La postura de Toyota se produce cuando sus rivales enfrentan desafíos con un exceso de capacidad de producción de vehículos eléctricos y pérdidas financieras, lo que lleva a algunos expertos de la industria a considerar el enfoque equilibrado de Toyota como más pragmático.

Si bien Toyota sigue comprometida con el diésel, Uehara reconoció riesgos potenciales, como regulaciones más estrictas y la competencia de la tecnología del hidrógeno. “El coste de admisión [a la electrificación] va a ser mayor y eso puede socavar la popularidad del diésel en el futuro; esa es una posibilidad”, añadió. No obstante, la compañía planea seguir desarrollando motores diésel, manteniendo su atractivo de “gran par” y reduciendo al mismo tiempo las emisiones de CO2.

En resumen, Toyota está atravesando una transición compleja hacia un futuro con bajas emisiones de carbono sin abandonar el diésel. Con los híbridos diésel sobre la mesa y los modelos diésel electrificados que ya están llegando a mercados selectos, el fabricante de automóviles está apostando por un cambio gradual y diversificado en lugar de una apuesta de todo o nada.